Viaje para el olvido

(basado en una antigua receta completamente ajena al autor)

Cometa que deambula desde antaño,
baña la noche con polvo entrometido,
haciendo estornudar a la Luna,
que ilumina el camino.
Camino despejado… un tanto familiar pero desconfiado,
extraños ignoran el polvo estelar,
esperando un trinar para volver a su olvido.
Espejo de reflejo transparente,
con sábanas que abrigan su noche,
con sábanas cubren su desnudez,
de los ojos foráneos del camino,
La promesa se rompe por el impacto,
de un proyectil a 63000 metros por segundo.
Resucitan los recuerdos en negación,
desde el Ómega que los sigue esperando.
Desciende al Tártaro la fútil promesa,
con nuevas insignias al mérito,
sólo para renacer al caer el rocío.
Una gota púrpura pinta la memoria en círculos,
una gota que inunda la añoranza con esperanza.
La promesa rebota sin sentido,
cómo eco en el vacío,
sólo es escuchada por la Intención,
para ser olvidada como lo que promete,
en cada viaje matutino.

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